Cuando hablamos de grandes zonas vitivinícolas en Castilla y León, muchas miradas se dirigen a Ribera del Duero o Rueda. Sin embargo, hay una denominación que guarda un carácter propio, una historia antigua y unos vinos sorprendentes: Cigales.
Una tradición que nace en los monasterios
La historia del vino en Cigales está profundamente ligada a los monasterios y órdenes religiosas que, desde la Edad Media, cultivaban viñas para elaborar vino de misa. Estos caldos, sencillos y sinceros, sentaron las bases de una tradición vinícola que ha pervivido hasta hoy.
Durante siglos, el vino clarete de Cigales fue el alma de la región: fresco, frutal, de color rosado pálido y sabor vibrante. Era el vino de las casas, de los bares, de los pueblos. Aquel clarete —muy distinto al rosado moderno— se convirtió en seña de identidad.
Una DO pequeña, con historia propia
La Denominación de Origen Cigales se creó en 1991, aunque la producción vitícola de la zona es mucho más antigua. Esta DO abarca varios municipios al norte de Valladolid, en la conocida como «Campiña del Pisuerga», una zona de suaves colinas, suelos arcillosos y cantos rodados, ideal para el cultivo de la vid.
Aquí, el viñedo convive con la vida rural. Las bodegas tradicionales subterráneas, excavadas en las laderas, forman parte del paisaje y la memoria colectiva. Son frescas, profundas y silenciosas… ideales para criar el vino con paciencia.
Más allá del clarete: el renacer de los tintos
Aunque Cigales fue conocida durante mucho tiempo por sus claretes, en los últimos años ha vivido un verdadero renacer enológico. Bodegas jóvenes y otras con larga trayectoria están apostando por vinos tintos de guarda, complejos y elegantes, elaborados con Tempranillo, Garnacha y otras variedades autóctonas.
Los rosados modernos de Cigales también destacan por su calidad y versatilidad: frescos, aromáticos, con un equilibrio perfecto entre fruta y acidez.

Una experiencia auténtica
Visitar Cigales es mucho más que catar vinos. Es recorrer pueblos con encanto, hablar con viticultores apasionados, adentrarse en bodegas excavadas en la tierra, y sentir la autenticidad de un territorio que respira vino.
En Tempranillo Wine Tours te invitamos a descubrir esta joya escondida del enoturismo: sus vinos, su historia, su gente. Y para terminar la experiencia, podrás conocer La Morena, nuestra última adquisición: una bodega subterránea en el corazón de Cigales. Un rincón lleno de historia, vino y emoción, con todo el alma de Tempranillo Wine Tours.
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